A la memoria de Antoni Benaiges, y a los miles de maestros que se prometieron a sí mismos educar en valores solidarios
El pasado viernes 10 de noviembre se estrenó la película “El maestro que prometió el mar”, de Patricia Font, interpretada por Enric Auquer y Laia Costa, protagonistas que encarnan al maestro catalán Antoni Benaiges y a Ariadna, una mujer que busca con ahínco los restos de su bisabuelo desaparecido en la guerra. Son por tanto dos historias en tiempos muy diferentes que convergen en la figura del maestro republicano, asesinado en los inicios de la Guerra Civil española. Precisamente sobre su historia, además de la película, también se ha escrito un libro, un comic e incluso una obra de teatro.
El tren, o la maquinilla, como así solía llamarse popularmente, llegó a Colmenar Viejo en 1911, tras no pocas vicisitudes, gracias a la iniciativa de Arturo Soria. Ello constituyó un antes y un después en la historia de nuestro pueblo. Bueno, lo de pueblo, ya deberíamos ir modificándolo por otra modalidad urbanística de mayor calado, lamentablemente para quienes apreciamos vivir con el sabor de lo rural.
El “chavalín” que acomodó a los guerrilleros en la Sierra de Guadarrama
“y lloramos como tontos”
In memoriam
El pasado 17 de febrero tuvo lugar la presentación del libro “Memorias de vida para la historia de Colmenar Viejo”. La obra recoge 23 historias de personas naturales de Colmenar Viejo y de otras Comunidades Autónomas, incluso de Marruecos, pero que, finalmente, confluyen en esta localidad. Se trata de historias muy dispares que se desarrollan en nuestro pasado más reciente.
Iniciamos el año 2023 con el triste fallecimiento de nuestro querido amigo Pedro Alonso Morajudo, conocido cariñosamente como “Churrero”. Desde luego, la muerte de una persona tan querida y tan especial no deja de ser otro tajo profundo a nuestra vida, cada vez más mutilada por estos acontecimientos tan dolorosos.
Fernando Colmenarejo García
Dedicado a las víctimas de los bombardeos de Colmenar Viejo.
Presentación
Dedicamos este nuevo artículo en nuestra sección “La Sierra en el punto de mira” a uno de los episodios más trágicos conocidos en la historia de Colmenar Viejo. El lunes, 28 de noviembre de 2022, se cumplió el 85 aniversario del bombardeo que tuvo lugar sobre esta localidad, causando 63 víctimas civiles, la mayoría de ellas mujeres y niños. Se trataba del cuarto bombardeo, como se verá, con un mayor número de víctimas, si bien hay que tener en cuenta también que el acaecido unos meses antes, en concreto el 21 de julio de ese mismo año de 1937, coincidiendo con el final de la batalla de Brunete, causó también 11 muertes, sin incluir a un Guardia de Asalto o las numerosas bajas militares, además de importantes daños en las cosechas y las viviendas; objetivos evidentes de la aviación, que venía repitiendo insistentemente para causar su efecto en la moral de los habitantes.
También lo podríamos titular: “Mucho bombo institucional para que, al final, todo quede en agua de borrajas”. O bien: “Más desprecio y burla al pueblo de Colmenar Viejo”
Fernando Colmenarejo García.
Arqueólogo.
Cercando el campo abierto
Es indudable que los responsables de la villa de Madrid andaban continuamente con quebraderos de cabeza, como consecuencia de los daños que se producían en el terrazgo del Real de Manzanares. Nombre dado a la antigua demarcación territorial, fijada y tomada por Alfonso X para dirimir las tensiones por su disputa entre los concejos de Segovia y Madrid. Vamos, que ni para uno ni para otro, para el monarca. No en vano, fue apodado “el sabio”.
Dedicado a Miguel Fontecha, Sebastián Torres y Mariano de Andrés
El pasado viernes, 25 de marzo, se presentó en la Casa de la Juventud, de Colmenar Viejo, el número 36 de la Revista de Investigación “Cuadernos de Estudios”. Como de costumbre, la organización permite a los autores presentar su artículo durante unos minutos. En el último de ellos, dedicado al resumen que cada temporada realiza extraordinariamente la Asociación cultural “Conocer Colmenar caminando”, su autor, Sebastián Torres, denunció el cambio de un topónimo en la dehesa de Navalvillar, y en concreto al hecho de utilizar el nombre de “Navalahija” para un yacimiento arqueológico, cuya ubicación se encuentra en la margen izquierda del arroyo de Tejada, por lo que su registro toponímico se corresponde con el de “Valdepuercos”.
Fernando Colmenarejo García
Arqueólogo
Dicen que vamos por la sexta ola de la pandemia, que viene a ser una especie de tsunami traumático, y que nos ha llevado a vivir entre colas para acceder a ciertos establecimientos, auto-confinamientos, bajas laborales, fiestas navideñas perdidas, preocupación, malestar social y lo peor… muertes. Desde su origen, en marzo de 2020, alentados por los consejos sanitarios, aunque con un cierto porcentaje social desconfiado, creíamos caminar apresuradamente por el interior de un túnel desconocido, esperanzados en encontrar la luz de su embocadura final. Por ello, es necesario reflexionar sobre determinados aspectos de las pandemias, y como recomendación, siempre es bueno tener presente las vicisitudes que sufrieron nuestros antepasados sobre este tipo de episodios. Así, para la sección de este mes de febrero de 2022: “La Sierra en el punto de mira”, mi intención es exponer las medidas que se tomaron para frenar la peste de finales del siglo XVI en Buitrago y su tierra, conformada, en general, por el valle del Lozoya y los pueblos de la sierra norte. Con seguridad, ello nos permitirá recordar situaciones vividas en la actualidad, y, por tanto, la necesidad de poner la historia al alcance de quienes tienen responsabilidades en la gestión sanitaria, especialmente como servidores públicos, en la esperanza que sus medidas sean racionales, sobre todo hacia los más necesitados.
Fernando Colmenarejo García
Arqueólogo
Dicen que vamos por la sexta ola de la pandemia, que viene a ser una especie de tsunami traumático, y que nos ha llevado a vivir entre colas para acceder a ciertos establecimientos, auto-confinamientos, bajas laborales, fiestas navideñas perdidas, preocupación, malestar social y lo peor… muertes. Desde su origen, en marzo de 2020, alentados por los consejos sanitarios, aunque con un cierto porcentaje social desconfiado, creíamos caminar apresuradamente por el interior de un túnel desconocido, esperanzados en encontrar la luz de su embocadura final. Por ello, es necesario reflexionar sobre determinados aspectos de las pandemias, y como recomendación, siempre es bueno tener presente las vicisitudes que sufrieron nuestros antepasados sobre este tipo de episodios. Así, para la sección de este mes de febrero de 2022: “La Sierra en el punto de mira”, mi intención es exponer las medidas que se tomaron para frenar la peste de finales del siglo XVI en Buitrago y su tierra, conformada, en general, por el valle del Lozoya y los pueblos de la sierra norte. Con seguridad, ello nos permitirá recordar situaciones vividas en la actualidad, y, por tanto, la necesidad de poner la historia al alcance de quienes tienen responsabilidades en la gestión sanitaria, especialmente como servidores públicos, en la esperanza que sus medidas sean racionales, sobre todo hacia los más necesitados.