La Sierra en el punto de mira
Esta nueva sección pretende que la Sierra de Madrid se convierta en el punto de mira sobre multitud de aspectos relacionados con la historia de su paisaje y de sus habitantes. Un punto de mira y de encuentro no solo entre especialistas de diferentes disciplinas, sino también de cuantas personas estén interesadas en el desarrollo histórico de sus localidades o del amplio ámbito geográfico que nos ocupa.
Para ello, mensualmente, fijaremos nuestra atención en los paisajes rurales y urbanos, elementos arqueo-históricos, tradiciones, leyendas o personajes singulares que merezcan ser conocidos por su singularidad, y especialmente cuando merezca su salvaguarda y protección.
Los artículos no deberán sobrepasar las 3 páginas, en formato Word, con un cuerpo de letra 12, debiéndose enviar al correo:
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El tren, o la maquinilla, como así solía llamarse popularmente, llegó a Colmenar Viejo en 1911, tras no pocas vicisitudes, gracias a la iniciativa de Arturo Soria. Ello constituyó un antes y un después en la historia de nuestro pueblo. Bueno, lo de pueblo, ya deberíamos ir modificándolo por otra modalidad urbanística de mayor calado, lamentablemente para quienes apreciamos vivir con el sabor de lo rural.
LAS MUJERES NO PRIVILEGIADAS Y MARGINADAS.
EL CAMBIO Y LO QUE QUEDA POR CAMBIAR.
Continuamos conociendo a las mujeres del Real de Manzanares. En esta ocasión veremos a las campesinas, pastoras, aldeanas, sirvientes, mujeres del pueblo llano. Y también a aquellas que eligieron un camino diferente, al margen de las convenciones y normas sociales y morales. Finalmente, se hablará de los tímidos avances de la mujer en la Edad Moderna que fueron llevando a la conciencia en la desigualdad por el género y a la lucha por la igualdad de derechos y obligaciones. Como remate, conoceremos a las figuras femeninas que poseyeron, y poseen hoy, hoy el Ducado del Infantado.
Mujeres villanas, las que viven en las Villas y aldeas del Real de Manzanares Las campesinas y plebeyas tenían una vida dura. Como las nobles, su principal misión era atender su casa y a sus hijos, pero a diferencia de ellas, lo hacían sin ayuda externa.
Parte 2. LAS MUJERES PRIVILEGIADAS: NOBLES Y MONJAS
Continuando con el tema de las mujeres del Real de Manzanares, abordaremos ahora los diferentes grupos de mujeres que podíamos encontrar en esos momentos del final de la Edad Media y el principio del Renacimiento, cuando el Real se convertía en un territorio con recursos, rentas, riquezas y castillos.
Socialmente hay varios grupos de mujeres: nobles, campesinas, monjas y mujeres marginales. En esta ocasión nos centraremos en dos de ellos, los de las mujeres privilegiadas de la nobleza y las religiosas. También veremos cómo ese supuesto privilegio no siempre era así.
La mujer noble
La mujer noble cuida de sus hijos y se ocupa de su educación. Se añade el cuidado de su casa, el gobierno sobre su servicio y la gestión de la economía doméstica. Estas tareas se veían ampliadas a la atención de su hacienda cuando enviudaban o si estaba el marido ausente, ambas circunstancias eran muy frecuentes, pasando ellas a administrar los bienes de su casa y de sus hijos. Hubo casos en los que tuvieron un gran poder social, pero no oficial. Como educadoras, trasladan los saberes que poseen. Algunas son instruidas y leen, escriben, saben algunos idiomas, algo de ciencias y música. Se les enseñan también buenos modales y a dirigir la casa y no se les permite participar en política. Las universidades estuvieron prohibidas para ellas.
Las mujeres de clase alta eran utilizadas como moneda de cambio en matrimonios que buscaban fines políticos, económicos, sociales o estratégicos. Eran transmisoras de la dote, pero, por ley, esta dote pertenecía al padre, al marido tras el matrimonio o al hijo si enviudaban. Ellas no podían disponer de sus bienes, solo los transferían.
PARTE 1. CONOCIENDO A LAS MUJERES DEL REAL DE MANZANARES
El día 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer. Conmemora la lucha de las mujeres por llegar a la igualdad de participación y derechos. Esta lucha comienza con la Revolución Francesa cuando las mujeres empiezan a ser conscientes de que, además de sufrir desigualdades sociales, sufren otras por el mero hecho de ser mujeres, por su género. Hoy, legalmente, las mujeres tenemos los mismos derechos y obligaciones que los hombres, aunque esto es muy reciente en la historia y, a veces, no se cumple en la realidad.
Parece que a las mujeres nos ha tocado hacer un papel de segundo nivel, detrás o después del hombre, pero no siempre fue así. En el origen de las sociedades, estaba impuesto el matriarcado por la evidencia del papel de la mujer en la posesión de la capacidad más importante para la supervivencia del grupo, la generación de vida, la maternidad. Las herencias y derechos se transmitían por vía materna, pues la única garantía de descendencia real era la de la madre. Cuando aparecen los excedentes y la propiedad privada, las sociedades van haciéndose cada vez más complejas y el varón comienza a participar y a asumir la organización y dirección del grupo. Se van asignando y separando los roles que a cada uno corresponden. Solo cuando el hombre es consciente de que tiene un papel tan importante como la mujer en la reproducción, es cuando empieza a querer controlar ese aspecto y por tanto a la mujer. Para tener garantías de que su prole y herederos son suyos y poder transmitir su patrimonio. Se establecen el patriarcado y la monogamia, que llegan hasta nuestros días.
Corren malos tiempos para el Patrimonio Histórico de Colmenar Viejo. Buenos, lo que se dice buenos, no los ha habido nunca, pero mejores sí: y con ellos rememoro momentos ya pasados, cuando algunos bienes fueron puestos en valor, como la Fuente del Moralejo o el molino batán cercano al Puente Medieval, por ejemplo, aunque poco tiempo después, y ante la falta de mantenimiento, volvieran a presentar un triste aspecto. Y así, en la actualidad, vemos cómo elementos patrimoniales de gran valor histórico sufren por la falta de atención continuada que estos bienes requieren.
El “chavalín” que acomodó a los guerrilleros en la Sierra de Guadarrama
“y lloramos como tontos”
In memoriam
El pasado 17 de febrero tuvo lugar la presentación del libro “Memorias de vida para la historia de Colmenar Viejo”. La obra recoge 23 historias de personas naturales de Colmenar Viejo y de otras Comunidades Autónomas, incluso de Marruecos, pero que, finalmente, confluyen en esta localidad. Se trata de historias muy dispares que se desarrollan en nuestro pasado más reciente.
Iniciamos el año 2023 con el triste fallecimiento de nuestro querido amigo Pedro Alonso Morajudo, conocido cariñosamente como “Churrero”. Desde luego, la muerte de una persona tan querida y tan especial no deja de ser otro tajo profundo a nuestra vida, cada vez más mutilada por estos acontecimientos tan dolorosos.
Existe la creencia, demasiado extendida, de que solo las grandes cosas son lo suficientemente importantes como para ser merecedoras de ser conservadas y mantenidas, una creencia que desestima la grandeza de lo más pequeño, de lo singular y único.
En el caso del mundo de la archivística, son los grandes archivos estatales, provinciales y diocesanos los que parecen recoger la mayor aceptación y ayuda para su conservación, puesta en valor y facilidad de acceso a la investigación. Aunque no tienen toda la inversión económica que debieran, la concepción de que son los “únicos garantes de la documentación histórica” hace que tengan un reconocimiento o una categoría que ensombrece la realidad del resto de archivos. Y es que, por evolución histórica, todos nuestros municipios conservan documentación única y esencial en sus ayuntamientos, dependencias administrativas y parroquias, una documentación que, por ley, es Patrimonio Documental e Histórico Local, Provincial y Estatal.
Fernando Colmenarejo García
Dedicado a las víctimas de los bombardeos de Colmenar Viejo.
Presentación
Dedicamos este nuevo artículo en nuestra sección “La Sierra en el punto de mira” a uno de los episodios más trágicos conocidos en la historia de Colmenar Viejo. El lunes, 28 de noviembre de 2022, se cumplió el 85 aniversario del bombardeo que tuvo lugar sobre esta localidad, causando 63 víctimas civiles, la mayoría de ellas mujeres y niños. Se trataba del cuarto bombardeo, como se verá, con un mayor número de víctimas, si bien hay que tener en cuenta también que el acaecido unos meses antes, en concreto el 21 de julio de ese mismo año de 1937, coincidiendo con el final de la batalla de Brunete, causó también 11 muertes, sin incluir a un Guardia de Asalto o las numerosas bajas militares, además de importantes daños en las cosechas y las viviendas; objetivos evidentes de la aviación, que venía repitiendo insistentemente para causar su efecto en la moral de los habitantes.