Primero se creó la línea férrea de Madrid hacia el norte del país con paradas en Torrelodones y Collado Villalba, entre otras, al norte de esta provincia. La estación de Villalba se convirtió rápidamente en un centro de transporte de materiales de primera necesidad para el desarrollo económico del país del momento: la piedra y la madera1. Este centro ferroviario fue por lo tanto un nudo para el aprovechamiento de las materias primas existentes en la sierra de Guadarrama como la piedra y la madera.
Estas necesidades de materia prima por parte de la capital implicó un desarrollo de infraestructuras cercanas al nudo ferroviario de Villalba como fue el caso de las naves de depósito de madera para su transformación y desplazamiento a Madrid y otros destinos bajo la empresa “los Belgas” que explotaban la madera del valle del Lozoya.
En el mismo sentido, se creó el tren de la piedra que unía las canteras de Villalba, Alpedrete, Moralzarzal y Becerril con la estación de Villalba, provocando en dichas poblaciones un cambio importante en la estructura económica de dichas poblaciones citadas con un aumento paulatino de canteros, muchos de ellos abandonando sus labores del campo para convertirse en canteros exclusivos a tiempo completo y otros convertidos en trabajadores mixtos, compaginando las tareas del campo con la cantería en función en las necesidades de cada momento.
Como podemos observar los cambios que sufrieron determinadas localidades unidas al entramado ferroviario como medio de transformación se hicieron más importantes a medida que pasaban los años y aumentaban las necesidades de la cuidad de Madrid. Los primeros años del siglo XX fueron testigo del aumento de estas necesidades de materia
1 . Ver M.A. Martín (2007).